sábado, 29 de enero de 2011

Los deseos paganos


Nuestra costumbre: el fuego.
Somos dos seres ávidos.
Mi voluntad chispea
para vivir el día
y encontrar en su ardor
la misma causa.

Todo tiene vida


Todo tiene vida, el cero y la rana.
Se ríe una tiza,
y llora una goma,
una porque escribe,
otra porque borra.
Todo tiene vida,
sonrisa y palabra.
Y a todo tenemos
que decirle: ¡hola!
¿cómo estás?, ¿qué tal?,
que duermas muy bien,
¡hala..., hasta mañana!
A todos, al lápiz,
a las zapatillas, al libro
de cuentos, al pez, al pijama...
Todos tienen vida,
silla, luna, mesa...,
y todos nos hablan.


jueves, 27 de enero de 2011

Al otro lado del poniente


Al otro lado del poniente
hay un oráculo de dioses ilegales
que te explican en ático porqué se escapa
el tiempo.
No piden nada a cambio
de izarte en uno de sus templos para siempre
o convertir tu boca en un perfume
de hierbas consagradas.
Pregunta por el camino más olvidado
de la tierra y no mires lo que se queda atrás
hasta la luz del alba.


martes, 25 de enero de 2011

Maquinaria de la vida


Mírate por dentro,
asómate un día,
verás qué paisajes
llevamos encima.
Dedica unas horas,
mírate sin prisa,
verás cuántos órganos
en plena armonía.
El corazón siente,
el pulmón respira
y mientras la sangre
transcurre tranquila.
Conócete, observa:
no es nada sencilla
esta maquinaria
que nos da la vida.
Cuídala y escúchala,
porque es gratuita,
y como una flor,
¡ay si se marchita!

viernes, 21 de enero de 2011

Manifestación


Se subieron al cielo
con gigantes megáfonos:
¡Quien entienda una guerra,
que levante las manos!
Y sólo un presidente
y un rey refunfuñón
y un obispo reumático
y un fabricante de hambre
y un falso ecologista
y un inventor de marcas
y un coronel jorobo
y un vendedor de lágrimas
y un cazador de cuentos
y un dirigente enano
y el abuelo de un monstruo
levantaron el brazo.
(Bueno..., y unos buitres que iban
con pancartas carnívoras
esparciendo catarros)

Mariola


La Ratita Mariola
ya no es la misma,
ya no teje poemas...
y olvidó a su pandilla...
ya no quiere ni entrar
en queserías,
ni meterse en las bolsas
de peladillas.
Dice que tiene amigos
en internet,
y que habla a todas horas
y no sabe con quién.
El caso es que nos miente
o se ha vuelto tarumba,
porque de noche está
más sola que la una.
Qué más da que le digan:
¡¡¡¡ holaaaa Mariolaaaa,
muchos besos y abrazos
desde Colombia!!!!
Y sigue ensimismada -habla que habla-
con ratón, con teclado,
pero nadie la mima
ni está a su lado.
Ya se lo repetimos:
¡venga, Mariola...!,
vuelve con tus amigos,
que estás muy sola...
Siempre se lo decimos:
¡Anda, Mariola!
olvida la pantalla,
suelta el ratón,
deja esas sombras.
Vuelve a juntarte
con las ratonas.

martes, 18 de enero de 2011

Si me entregas tus tierras


Vengo del Norte
XV

SI me entregas tus tierras
las fuentes dejarán que beba tu ganado
y una tarde, cada cien primaveras,
celebrarán tu nombre con albahaca y lluvia
los pobladores que no conoceremos.

Pídeme que te ofrezca mi sangre,
ruégame que robe los dialectos del agua,
oblígame a entregarte la edad del viento.
Si me ofrendas tus campos todo será tuyo
y nacerán las flores orientadas a ti
y los montes tendrán distinta perspectiva
y las aves un vuelo sin frontera.

Estoy dispuesto a no volver al Norte
si firmamos la paz y enseñamos la mar a los desiertos,
la palabra a los bárbaros, el sol a los enfermos.
Aquí la muerte es una brisa
enamorada de tus pechos,
de las frágiles dunas del carácter humano.
Aquí la tierra posee la estatura de los sueños
y la sombra incapaz de la amargura.

Estoy dispuesto a no volver al Norte
para estampar los gestos de tu vejez anónima
en todos los espacios
y edificar santuarios donde viva la llama
de tus ojos abiertos.

Nunca regresaré ni hablaré del pasado
ni te reprocharé mi corazón sin dueño.
Pero quédate en mí, fuente, cometa, despertar,
únete a mi aliento, infinitud,
y respira conmigo
y toca con mis manos.
Todo podrá ser nuestro
sin distinción de género. La verdad
sabe ácima como el pan de los dioses,
a pesar de ser dulce.
Vendrán los peregrinos y tú, esfinge dolorida,
borrarás los caminos que no llegan,
pondrás todos los lugares aquí mismo,
responderás de luto como el tiempo.

Estoy dispuesto a no volver al Norte
y a llorar algún día recordando mi infancia
cuando ya estés dormida,
pero hagamos la paz y rompamos los nombres.

Rojo


Una selección poética


Yo buscaba el color del corazón,
el color de la sangre, el color de las fresas,
el de las barras de carmín,
el de las manzanas muy maduras,
el de las crestas picudas de los gallos,
el rojo de los gorros de los gnomos,
el rojo rojo de Caperucita,
el de las faldas de las amapolas.

♥♥♥

Necesitaba rojo para sentirme entera,
rojo para plantar geranios en mis sueños,
rojo para el jarabe, para las mermeladas,
para el sabor de los pimientos,
rojo para los coloretes de las pompas
y para echarle a veces a las llamas
y a mis mejillas que siempre se sonrojan.

Rojo,
cuántas veces en rojo te soñaba...

♥♥♥

Uno nunca sabe dónde está el color de su vida,
uno nunca sabe cuánto rojo le espera.
Yo buscaba mi rojo en los claveles,
en las guindas, en los atardeceres,
en las señales de tráfico, en los brezos.

Rojo que fuera de grito,
rojo que no fuera de fábrica,
rojo que no fuera de guerra.

♥♥♥

Buscaba el rojo que se difuminara
con el rojo que tiñe tu belleza,
con el rojo que almuerzan los tomates,
con rojo sarampión, rojo frambuesa.

Y ya ves, a uno nunca sucede nada seguro,
yo buscaba y buscaba
y tú... rojo, mi rojo,
sobre la roja carne de una simple cereza.

sábado, 15 de enero de 2011

Manos


Qué espacio milagroso el de las manos:
aman tocan retienen presienten matan
siembran
abrazan edifican acarician valoran
miden cazan impiden
se desgastan
se cierran.

viernes, 14 de enero de 2011

Calendario


Había una semana
que no tenía días,
pues todas las horas
le salían vacías.
Y un mes sin semanas
y un año sin meses,
total ¿para qué?,
¿para lo de siempre?
¿Para ser un número,
para ser un viernes,
para ser de noche,
o no estar alegre?
No sé, yo lo entiendo
¿y tú qué prefieres,
ser un siglo inútil
o un bello repente?
¿Merece la pena
o no la merece?
Piénsalo y me dices
lo que te parece.

miércoles, 12 de enero de 2011

La vida


La vida es tan fácil
como una suma,
multiplícala tú,
que sólo hay una.
El mundo es, a veces,
algo tacaño;
réstale tú todo
lo que te haga daño.
La vida prefiere
que no dividas
aquello que sientas
de lo que digas.

Y érase


Érase una luna
rechoncha y brillante,
hasta que dos hombres
lijaron su esmalte.
***
Y érase una estrella
fugaz, muy viajera,
hasta que unos reyes
la metieron presa.
***
Había un firmamento
de quietud inmensa y hermosos misterios
y lo exigió un príncipe
para su aposento.

La ilusión


La ilusión es grande, redonda
y a veces se pinta y se pone rulos.
Se ilusiona el perro cuando come
un hueso.
Se ilusiona el sol cuando aparta
nubes.
Se ilusiona el cero cuando gana
al uno.
Se ilusiona el gallo cuando llega
el día.
Se ilusiona el sobre cuando entra
una carta.
Se ilusiona el árbol cuando sale
un fruto.
La ilusión es baja, con pecas, y trenzas,
y a veces se pone pantalones cortos,
y siempre se duerme sueña que te sueña
con que es muy pequeña, Pero crece mucho.

Ramita de sol



A estas tres voces
que me recitan,
les debo un verso
o una ramita
de sol de Asturias.
Para que brille
en sus pupilas
y en sus armarios
y en su sonrisa.
A esas tres voces
que me 'poesían'
les mando cielo
y unas hojitas
de la hora bruja
que hoy florecía.
Y unos frasquitos
de salud líquida
que no caduca
y es infinita...
Para que vivan
vivan y vivan...

sábado, 8 de enero de 2011

El Glayíu la Gaita en voz de Joaquín de la Buelga


Oyíla tantes veces, pue ser lo qu'ella quiera: ñeve, frescura, agua, carrascu, manantial. Pue tener les edaes que-y dean los nuesos oyíos, pue ser vieya, neña, mocina, namorada. Pue ser la estación que más-y lluza nos flecos:
primavera, veranu, cinta, borla, ivernada. Oyíla tantes veces, antes ser tan sofisticada nin ser toos tan celtes nin modernos y finos por falar con pallabres del senu maternal. Pue ser aire llibre, pozu mina, molín, pastora, vaqueirada.
Pue ser lo qu'ella quiera: parroquia, despidida, ronda, tenreza, nana.

Duerme, neñín míu,
que vien el coco,
y marcha colos neños
que duermen poco.

Oyíla pela calle, cola virxe delantre, na romería'l pueblu, apoyáu na portiella, y ya se me poníen los pelos mui de punta; oyíla ente la nueche, pa festexar el Carmen, qu´en Bañugues celébrase a finales setiembre, coles viudas rezando-y al nome d´un paisanu y al salvavides la lancha, y yá m´entraben ganes d'abrazame a quien fuera. Oyíla, con mio madre, yá malina, que la oyía y callaba, y tragaba saliva emocionada. Oyíla en romeríes, al mediudía, nel prau, colos homes vistíos coles meyores gales y les muyeres guapes, arreglaes, espurríes, d- estrenu, con sandalies charol y les uñes pintaes; y entós yá me clavaba como guyes xigantes col grosor d´una estaca.

Oyíla en misa, mezclándose solemne, melódica, col llatín y la salve, col credu y la pallabra, y desprendía fe, soltaba como inciensu, como lliturxes d´oro, como orbayos sagraos, como oración en grana. Y los santos, escuchándola, facíenseme más humanos; como si ella quixera vibra-yos nos sos llabios o ellos intentaren baxar del pedestal.

Oyíla nos entierros, cuando dalgún nos marcha, nuna tarde d'iviernu, nel medio'l cementeriu, cuando namás que tábamos el difuntu, los páxaros, cuatro amigos, la llápida, y nun sabría dicir si'y dio vida a la muerte o pena o esperanza.
Oyíla munches veces, y siempre me dexó una allegría tristona, un dulzor qu'amargaba.

Pente los maizales, siendo yo un chavalucu, cuando andábemos tantiando cola edá y la inocencia, col tabacu y los cuerpos, con Pepe, Inacio, Vitoria, Pablo, Marta, Yolanda ...; frente a la mar, sonando, tamién la oyí sonar, pasame pola piel como cuando la brisa pasa y roza coles fueyes y paez que t'enfresca pero paez que te manca. Oyíla ente xelaes, cuando diba a la escuela, y alguién la tocaba tras de casa. Oyíla munches veces, y nunca me ponía nin llocu de contentu nin apagaú del too. Pero algo había nella que me metía nel cuerpu como una ilusión grande que te quita la gracia; algún tono como que ta diciéndote qu'aproveches el tiempu, qu'agarres lo que llega, porque si non que vuela, porque si non qu'escapa.

Oyíla en tou Asturies, si nun recuerdo mal: na picarota un monte, cola rexón dormiendo sobre una vega fondia y la niebla allargada; montáu nuna chalana, p'allá del cabu Peñes, como una sirenina que clama pol so pá. Oyíla tamién lloñe casa, au dicen cornamusa, y entós cálate ren pechu como si te clavaren un gaxarte morrina y t'echaren nos gueyos un xarráu d'humedá. Na cocina mío güela, mientras ella amasaba, y namás que la oyía tarariaba lletres o empezaba bailar:

Pastor que tas nel monte,
y duermes entre la rama,
si te casares conmigo, pastor,
durmieres en buena cama ....

Oyíla nes verbenes, añu tras añu, echar de menos cares, llamar col so llamentu, primitivu y eternu, a los que yá nun tán; oyíla entre los corros, dando-y la soníu al xiru, xuntándonos les manes con fuerza y amistá. Alredor la foguera, esguilando nes llames, cuando la flor del agua ta a puntu reventar. Ellí, sonando bruxa, como l'ecu una xana, como'l gritu una madre cuando pare y la rasguen. Oyíla, oyíla abondo na nueche de san Xuan.

Oyíla tola vida, crecí oyendo la gaita, y güei cuando la escucho, la de siempre, la que tien un punteru, un roncón, un soplete, la payuela, el payón, el fuelle y los asientos, cuando la oigo quexase danme ganes llorar, cuérreme poles venes como un ríu muy vieyu, como un regatu humilde y viénenme a la mente los que nun tán equi nin m´apetez nomar.

Óigola y, nun segundu, como los cangarexos, voy andando p´atrás, llévame a tolos sitios, a tolos sentimientos, a toles mios vivencies, a toles mios quebradures; a tola intensidá. Trespórtame, y toi tovía esmarañando yerba nes tablaes de xunu, ellí onde comíamos tortiella con chorizu, debaxo d´un salgueru, ellí onde pisaba, muertu sede y picores, agarráu a la estaca, l´altura´l balagar. Trespórtame, quítame años, pero améstame nudos na garganta, por allegre que suene, por saltarina que sea, por festexera que sople; tien algo dientro'l fuelle, mezclao cola pelleya, qu'esparce xiringüelos y sema soledá. Algo-y echen al fuelle, con algo l'unten a la hora adobalu, que suelta per Asturies muñeiras y floreos, ximielga castañales, atr'y a les calandries, apasiona a los horros, engatusa a los perros, pero fai dañu a l 'alma como con llontananza y buena voluntá. Ye como si t´abracen, te canten y t´abracen y al abrazate tanto, al sentite queríu, feliz, fuera de ti, entusiasmáu, radiante, te lleguen afogar.

La gaita .... Cuántes veces paso delantre casa, estallando voladores, baxo´l cielu d´agosto, col tambor a la vera, y mío tía ensiguida volvíase tonada, metíase nes coples, con voz entrecortada, y nun llera a callar:

Dime xilguerín parleru,
dime que comes,
como arenines del mar,
del campu, flores.

Cuántes veces, sentaos a media tarde, na fiesta Samartuelu, nel tendeyón, les gaites, dende lloñe, nos adormecieron nuna siesta perfondia mui arcaica .... Nun sé qué bocanaes de lluminosidá despide. Nun sé con que potencia nos borra les angusties, si nun ye más qu'un tubu, el cachín d'una caña de la sensibilidá. Nun sé como domina la tierra y los homes, y atrapa-yos los cinco sentíos al sonar. Ye oyila, y estremecete y adientrate nel tiempu, y viaxar por quintanes, onde hai pitines sueltes; ye oyíla, y ponete a xiblar.

Oyíla, per Candás, nel Cristu, a l´alborada, dici-y adiós a barcos que nun sabíen zarpar, y paecía que toles lanches se movíen col ritmu d´una cuna, col pesar d´una llágrima que nun quier resbalar. Per Verdicio, per Cardo, per Perdones, per Cangas .... Oyí tamién les notes dedicaes a Llumeres que casi toles tardes, engaramáu nel horru, esparcía Lolo Rey, l´home Aurelia.

Oyíla, siempre la oyí, y paparaos d´olvidu atragantábenme d´alcordanza, y borbotones d´imaxes empapizábenseme nel olvidu. Oyíla sola, y a toes a la vez, imponese como un coru d´ausentes, glayar d'amor, al son y'l dominiu y la maestría Manólo, un quirosanu, del Norte, que namás arrimase al soplete, namás cariciar el punteru, empañaba la vista los cuatro puntos cardinales, tiñía la xeografía de preciosidá. Por eso en Ricao, al escurecer, suspiren tanto les rendixes la tierra, porque fue onde nació aquella eternidá que vive ellí enterrada:

En Quirós yo nací,
en Quirós enseñáronme a andar,
en Quirós yo aprendí,
a rir, a querer, a suañar ....

viernes, 7 de enero de 2011

Coplilla



Enterré a mi periquito

debajo de un limonero

y ahora nacen los limones

con lunares azul cielo.

jueves, 6 de enero de 2011

Amoriquitos


-Periquita, quita el pico,
estás todo el día picando.
-Periquito, es que te quiero,
por eso te pico tanto.
Paquita la periquita
picotea el pico a Paco,
y a Paco lo pone loco
Paquita picoteando.
Pero el amor tiene pico,
el amor es como un pájaro.
Le gusta volar, ser libre
y enferma si lo enjaulamos.

Noche de Reyes



Ojalá los Reyes te hayan traído
todos los ingredientes para el cariño,
y que en las tardes largas de los domingos
amases ilusiones a tus amigos.
Ojalá hayan dejado risa y semillas
y nazcan carcajadas de margaritas.
Ojalá los camellos, tira que tira,
hayan llenado el aire de fantasía
y a partir de mañana, día tras día,
en el frío del mundo no haya rendijas.

martes, 4 de enero de 2011

Carta de reis con retrasu


Equí toi baxo'l primer cielu altu de xineru. Baxo les ales alborotaes del nordés y l'iviernu. Sé que ye tarde pa qu'estes lletres vos lleguen a tiempu, pues andaréis colos camellos cargaos pente les ilusiones y la inxenuidá de los más neños; pente la escuridá, entrando y saliendo nes cases, ensin que nengún de los que vos espera, ñervosu, vos vea nin vos sienta. Taréis, como facíais con nós, dexando baxo les cames y los pinos los regalos y paquetes. Sé que ye demasiao tarde, pero valme igual, agora yá nunca m'abulta tarde, pues toi convencíu de que les coses cuanto más se faen esperar, cuanto más tardamos en consiguiles, más les estimamos, más nos encandilen y más nos entusiasmen.
(La Nueva España, 13 de enero 2007)

Anuncio por palabras




Se necesita un ser
que quiera compartir lo poco que tenemos
de lo mucho que aún queda.
[No han de importar sus años, su condición social
su domicilio...
Pero es urgente.
Alguien que entienda todavía por qué se van los pájaros
otoño arriba
a qué ha venido el hombre
a qué flor pertenece el color de los sueños,
en qué mes se desbordan las razas infelices,
con qué uvas se pisa la esperanza,
con qué refrán se cura la maldición de estar siempre
tan tristes.
SE REQUIERE que sepa manejar el idioma de las cosas sencillas.
y calcular el radio de los besos
y valorar los rostros que carecen de marca
y escribir en presente las ilusiones muertas
y entender la estructura de los gestos.
PREFERENTEMENTE niño - hombre - mujer - adolescente,
de la piel que quisiera,
con los ojos redondos como un significado,
con la voz siempre en fuga como las libertades
y las manos abiertas como diez intenciones.
Pero un ser, ante todo
que jamás haya visto un chubasco de sangre,
que no haya puesto nunca una trampa a la vida,
que haya bebido a veces un mar de malos tragos
y a veces con la rabia haya comido tierra.
Es también requisito presentarse a deshora
con el inmenso encanto de lo que no se espera,
con la sonrisa fresca como un chorro del alma
y el eterno secreto por que uno se enamora.
Alguien que prometiera
que es preciso muy poco para ser muy feliz a toda costa.
Pero es urgente.

(Para Elena y Julio y Andrea y Sergio)

(c) Aurelio González Ovies

Del libro: La hora de las gaviotas


domingo, 2 de enero de 2011

Fisonomía de Occidente



Mi voz sube al ocaso su mirada.

Mis ojos hoy se posan al poniente.

Mirándote percibo por qué el cielo

derrocha tanta púrpura al perderse.

Belleza que una abuela tiende al verde.

Cordales que amurallan el futuro.

Aspas que roturan el horizonte.

Sendas que peregrinan por las brañas.

Paneras donde curten los anhelos.

Colmenas donde los brezos destilan.

Siluetas de ganado entre la niebla.

Aldeas con carácter de pizarra.




El corzo joven que olfatea el mundo.

El acebal que no conoce el tiempo.

Parajes donde sólo ha entrado el eco.

Molinos que esperan un grano de agua.

Vegas que no han cansado de su sombra.

Cangas que han renunciado a distanciarse.

Ríos que jamás han retrocedido.

Montañas que nunca dieron la espalda.




Minas como mujeres ya maduras.

Viñedos que se trenzan a la vida.

Lagos donde la altura desahoga.

Pantanos donde aún suenan campanas.

Acantilados que bajan al norte.

Poblados que se apiñan en el vértigo.

Poblados con la mar hasta los hombros.

Poblados con los pies sobre las playas.

La luz indiana de la atardecida.

Los monasterios con su gesto lánguido.

La cal viva que viste el cementerio.

El corredor donde airean las sábanas.

El aroma rural del mediodía.

La plata de los peces en las lonjas.

El volumen tan viejo de los quesos.

La hora lenta en que tornan las lanchas.

Dólmenes con su soledad a cuestas.

Concejos nietos de la artesanía.

La antigua arquitectura de los campos.

El castreño solar de la esperanza.

Qué más puede pedírsele a la tierra,

qué menos esperar de esta vertiente.

Mirándote comprendo por qué el sol

quiso morir a diario en occidente.

(Texto leído en Teatro de Tineo. Noviembre de 2006)